XX ANIVERSARIO PARROQUIA SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA

La Parroquia Santo Tomás de Villanueva, se ubica en el núcleo del barrio de Espartales, dando luz y siendo un referente en lo que a culto se refiere en este barrio alcalaíno. La Parroquia estos días cumple su XX aniversario desde su fundación, aunque inicialmente no estuviera en el lugar donde hoy se alberga, en la calle Pío Baroja, donde está ubicada, desde mayo de 2016, siendo un templo amplio y moderno, donde se rinde culto a una de las Hermandades más jóvenes de la Semana Santa Alcalaína, Jesús Despojado de sus Vestiduras, María Santísima de la Paz y San Juan Evangelista, que procesiona de momento con la imagen de Jesús Despojado de sus Vestiduras en un paso con una cruz en el suelo, y que próximamente se irán incorporando otras figuras, la primera, un sayón que en este momento, talla el escultor Rafael Martín Hernández, y que probablemente acompañe al paso en el Domingo de Ramos de 2020, el domingo 5 de abril.




Pues, como decíamos esta semana, coincidiendo con el Domingo de Pentecostés, se agrupan los actos, ayer sábado procesionó por el barrio la imagen de María Santísima de la Paz, y el próximo fin de semana, el sábado 15 de junio recibirá la parroquia la imagen de la patrona alcalaína, la Virgen del Val, y el domingo 16 de junio, se consagra la iglesia al Sagrado Corazón, tras una procesión de la imagen por la zona.

Estos días se celebra una exposición para mayor conocimiento del titular a quien está dedicada la Iglesia, a Santo Tomás de Villanueva, por este XX aniversario desde su fundación, así como por el 500 aniversario de la ordenación sacerdotal de Santo Tomás de Villanueva. Pueden verse unas imágenes excepcionalmente interesantes que muestran los detalles de esta exposición, pulsando en el enlace inferior a las dos  fotos que hemos seleccionado como muestra:




Este domingo nos hemos acercado a la parroquia, con objeto de ver la exposición y visitar a los titulares, especialmente a María Santísima de la Paz, tras procesionar en la tarde noche de ayer.




Fin de semana festivo, con exposición (hasta el 15 de junio, con entrada gratuita, en horario de 10h a 13h y de 16h a 19h), comida (paella y barbacoa) y actos religiosos, que mejoran la vida pastoral de nuestra Iglesia haciéndola más grande.




Santo Tomás de Villanueva, mejor dicho Tomás García Martínez, nació en la localidad ciudarrealeña de Fuenllana, entre las localidades de Villanueva de los Infantes, de donde fue vecino, y Villahermosa. Desde muy pequeño, fue especialmente sensible con los pobres, procediendo en ocasiones a dar alimentos para saciar el hambre, e incluso su propia ropa.






Tras concluir los estudios secundarios, ingresó en el Colegio de San Ildefonso, en Alcalá de Henares (Uniiversidad Cisneriana), a la que da el nombre del primer patio, el patio de Santo Tomás de Villanueva. En la Universidad de Alcalá de Henares, fue alumno y profesor.







Despúes de un año de noviciado, el 25 de noviembre de 1517 pasó a ejercer la profesión religiosa llamándose Fray Tomás de Villanueva, en Salamanca, procediendo a debatir con Lutero su polémica reforma, en el caso de nuestro Santo, defendiendo la unidad y el dogma de la Iglesia Católica. Ingresó en la Orden de San Agustín, con 30 años, siendo nombrado sacerdote en diciembre de 1518, nombrándole prior del convento de Salamanca. También fue prior de Burgos y Valladolid, de la provincia de Andalucía y de Castilla, defendiendo siempre la disciplina conventual y el estudio como exigencia previa a la predicación.




Carlos V le nombró arzobispo de Valencia, y ante su negativa a asumir el cargo, el príncipe Felipe en persona fue a convencerle, tomando posesión el 1 de enero de 1545, procediendo a fijar su residencia en la diócesis, obligación que posteriormente se trasladó al concilio de Trento. Celebró un sínodo provincial en 1548 y fundó en 1550 el Colegio Seminario de la Presentación por la importancia de la formación de los sacerdotes para una adecuado evangelización posterior, siendo precursor de las reformas en formación que se producirían posteriormente en el seno de la Iglesia.









La visita a María Santísima de la Paz bella como ella sola, vestida de rojo carmesí, con un manto beis, corona y joyas para su salida procesional coincidente con el sábado previo al domingo de Pentecostés, merece la pena admirarla y percibir todos sus detalles, siempre con esa mirada dulce y de calma, que mira directamente al corazón del cristiano que se acerca a su imagen para venerarla.









Así mismo, la imagen de Jesús Despojado de sus Vestiduras, siempre con ese espíritu de sufrimiento pero a su vez de perdón por nuestros pecados constituye todo un culto a la esperanza de la Resurrección y a la grandeza del paso de Jesucristo como hombre por Jerusalén.







Y antes de finalizar, no olvidemos tampoco la presencia de la Inmaculada Concepción que desde la esquina izquierda del altar preside la vida de la Iglesia:


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